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Dilemas del huevo (el pollo y la gallina)

Me dispongo a resolver varias dudas sobre el huevo y la gallina (y su intermedio, el pollo), salvo cuál de los dos fue primero. ¿Por qué los veganos no comen huevo? ¿Iba a ser el huevo un futuro pollo? ¿Por qué ponen tantos huevos las gallinas? ¿Son en verdad cobardes? ¿Por qué se come tanto pollo en el mundo?


Créditos: Lamesa.pe y Freepik.


Empecemos por decir que no siempre la gallina fue un animal doméstico. La especie roja se empezó a criar hace más de dos mil años antes de Cristo y desde entonces el hombre la ha llevado consigo para comer su carne y sus óvulos sin fecundar. El huevo no puede ser pollo si no hay gallo que lo fecunde.


Normalmente, las gallinas ponen huevos hasta llenar sus nidos (de diez a doce huevos tres veces por año. Total: 36 huevos). Pero desde que la industria avícola las sacó de las granjas para controlar su producción, sus condiciones han cambiado: casi un huevo diario (total: 300 huevos), encerradas en jaulas y separadas de sus crías.


Sus condiciones de vida en muchos criaderos industriales norteamericanos se parecen a los de sus películas de terror (imágenes escalofriantes aquí): hacinadas en jaulas apiladas unas sobre otras, sin luz solar, sufren de un estrés que las hace atacarse. Por eso les cortan el pico. Y aunque no todas operen de la misma forma, no hay muchos esfuerzos por demostrar lo contrario.


En Perú, existe el Reglamento del Sistema Sanitario Avícola y una guía de buenas prácticas, con normas de bioseguridad e higiene, y solo un par de líneas sobre un “manejo que respeten el bienestar animal, de manera de evitar al máximo el estrés en las aves” (también señala que en cada granja debe haber un veterinario); pero aún no se tienen las normas de vigilancia que estipula la ley 356404 del 2007.


La iniciativa "El huevo de etiqueta" es impulsada por la Unión Europea.


Si bien el aterrador maltrato animal que pintan algunas ONG no tiene la misma intensidad en todos los países, es cierto que se hace muy poco por darles un trato digno. No se trata de erradicar el consumo del huevo (hay defensores del huevo y pollo orgánico, criados en granjas, sin hormonas) sino de cambiar las prácticas inhumanas que ha inventado el hombre para alimentarse.


Ya hay algunas iniciativas interesantes, como “El huevo de etiqueta”, desarrollada por la Unión Europea, que busca que toda la cadena de producción de este alimento siga estrictas normativas de seguridad que incluyen el bienestar animal. Con la sobrepoblación mundial, es difícil creer que se pueda dejar de comer huevo o pollo (el animal que genera más carne consumiendo menos alimento).


En el Perú, el pollo es la carne más consumida (50 kilos per cápita al año), por eso debería preocuparnos más lo que le ocurre a este animal. Estudios señalan que las gallinas son cobardes porque tienen un instinto de protección muy desarrollado. Si las gallinas leyesen, estarían asustadas de saber que en las próximas elecciones presidenciales peruanas hay una candidata que no firmó el ‪#‎PactoÉticoPorLosAnimales, una campaña del Proyecto Libertad que defiende los derechos de los animales.

Para tener más información del proyecto Libertad ingrese aquí.


Terminamos por decir que los veganos no comen huevo porque no aceptan alimentos que provengan del sufrimiento de un animal, una premisa que todos estaríamos dispuestos a firmar. Para eso, parece más probable acabar con las industrias que torturan a los animales que con los carnívoros por elección y necesidad.


Se le llamó “El huevo de Colón” a la teoría que demuestra que hay dilemas que, una vez resueltos, parecen fáciles de superar. Superemos la distancia que hay entre carnívoros y veganos terminando con el maltrato animal. ¿No les parece sencillo?

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